viernes, 2 de noviembre de 2012

Ruta del TRANSMONGOLIANO


Séptima parada: OMSK

La ciudad sin mapa. Así es como decidimos denominar mi hermano y yo a esta peculiar urbe. Si bien su tamaño es considerable (sobrepasa el millón de habitantes), encontrar por internet un mapa urbano de esta ciudad mínimamente detallado resulta ser misión imposible.

Situada al sureste de Siberia y a orillas del río Irtysh, la ciudad está muy bien comunicada con el resto del país. Los 1500 kilómetros que la separan de Moscú son lo de menos. Las vías del tren Transiberiano, un importante aeropuerto y su principal río (navegable) hacen que estas distancias parezcan menos de lo que realmente son. 

Frente a nuestro tren en la estación de Omsk
Logo con el acrónimo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (CCCP)

Omsk guarda algún que otro punto de interés. Recorriendo sus largas y anchas avenidas uno puede encontrarse monumentos levantados en recuerdo a quienes murieron en alguna batalla, o algún que otro vestigio militar -algo muy común en la mayoría de ciudades importantes de Rusia- que recuerda la potencia que fueron y siguen siendo. 

Monumento por los muertos en la guerra
Pablo en un parque decorado por un tanque

Caminando a orillas del río Irtysh -importante estrategia si no se tiene mapa, para no perder así las referencias- pueden verse grandes buques surcar sus aguas. Echando la vista atrás, se aprecia un puñado de colosales grúas portuarias destacando por todo lo alto, lo que demuestra la importancia de este río para el transporte de grandes mercancías. Curiosamente y pese a no estar precisamente limpio, cuenta con una lujosa playa -en la confluencia con el río Om-, acondicionada para que no le falte de nada. Hamacas, duchas, complejo deportivo anexo a la zona... Eso sí, una llamativa señal invita a no bañarse, probablemente por la falta de saneamiento de sus aguas.

Embarcación navegando por el río Irtysh
Playa a orillas del Irtysh

Además la ciudad es un importante centro estudiantil. Universidades, institutos de educación secundaria y superior y alguna que otra academia, así lo atestiguan.
Pero si de algo nos puede sonar Omsk a miles de kilómetros de allí, es por ser el lugar de nacimiento de Miguel Strogoff (mensajero del zar de cuyas aventuras habla Julio Verne en su novela), así como un punto importante de paso en su ruta hasta Irkutsk.

Miguel Strogoff en una de las muchas ediciones de su libro

Dejando Omsk uno puede tomar diferentes decisiones sobre cuál ha de ser su próxima parada. En nuestro caso, nada más lejano que Irkutsk, a 39 horas de Omsk y 5185 kilómetros de Moscú. Así que qué menos que mostrar alguna foto de la convivencia que existe en el interior de los trenes rusos, con los nativos del lugar, gente que cubre "pequeños" trayectos y algún que otro pirado como nosotros que opta por embarcarse en esta aventura (aunque no es hasta Irkutsk cuando comenzamos a ver a los primeros mochileros).

Las provodnitsas rusas
La apariencia de las provodnitsas impone; luego son muy simpáticas
Cualquier parada es buena para reponer alimentos
Muchos de ellos cocinados por la propia gente del lugar
Puedes incluso comer dentro del tren a un precio asequible. Aquí la cocinera
Interior del tren; lo más parecido a un barracón repleto de literas
Los niños ocupan parte de tu tiempo; para ellos eres algo curioso
La mezcla de razas que se ve en los trenes es espectacular
Compartir cerveza, jugar a las damas... Cualquier cosa vale
Si quieres comer alejado de tu cama, toma ejemplo
Tiumen; una de las paradas que hace el tren antes de llegar a Irkutsk

Lo bueno de viajar en tren es que recuperas el tiempo y aprendes de nuevo a valorarlo, a tenerlo en cuenta. El tren, a parte de llevarte de un punto a otro, también hace que tu mente viaje de tal manera que ésta se convierte en una auténtica máquina de reflexionar. Ver el paisaje es tan hipnótico que nos ayuda a recrearnos en nuestros pensamientos. Es un momento único...

Pablo descansando
 Momento de reflexiones
 Cruzando uno de los tantos ríos siberianos
 Llamativa máquina remolcadora
 Nuestro tren I
 Nuestro tren II
 Estación de tren de Irkutsk

Próximo post: IRKUTSK (8ª parada)