martes, 17 de julio de 2012

Un mes haciendo la ruta del TRANSMONGOLIANO (Rusia, Mongolia y China; de Moscú a Shanghai)

El ferrocarril Transiberiano es una construcción iniciada en 1891 y finalizada en 1904 con la que se pretendía conectar la parte occidental y la parte oriental de Rusia, además de establecer un símbolo de poder ante otras potencias militares como Chica o Japón, quienes discutían la soberanía zarista en estos territorios. 
9288 kilómetros forman esta red ferroviaria que une el este (Moscú) y el oeste del país (Vladivostok) a través de raíles en lo que es aún hoy en día el servicio continuo más largo del mundo. 
Además de esta ruta, existen otros dos ramales, ambos con final en Pekín (Beijing). Por un lado el Transmanchuriano, el cual tras dejar atrás Rusia pasa por la región de Manchuria, en la parte más oriental de Mongolia. Por otro el Transmongoliano, que atraviesa el corazón de Mongolia y en el que me centraré a partir de ahora para contar muchas vivencias.


Este ramal fue construido mucho más tarde (1947) y servía para comunicar Rusia con China a través de Ulan Bator, capital de Mongolia. Los datos oficiales hablan de 7621 kilómetros de vías de tren entre Moscú y Pekín y de 1385 entre la capital china y Shanghai. En total 9006 kilómetros, justo los que hemos recorrido mi hermano Pablo y yo durante el pasado mes de Julio. Por el camino han quedado atrás Rusia, China y Mongolia, o lo que es lo mismo, tres idiomas distintos, tres grandes culturas, el poder cambiar euros a rublos, yuanes y tugriks sin morir en el intento, mover las agujas del reloj durante seis cambios horarios, descifrar caracteres en tres escrituras diferentes (cirílico, mongol y chino), y un largo etcétera. En las próximas entradas intentaré transmitir cuantas emociones he sentido -que no han sido pocas- a lo largo de todo el viaje, el cual nos ha llevado a atravesar las zonas industriales de la Rusia europea, los enormes ríos y bosques siberianos, la estepa mongola repleta de caballos salvajes, el desierto del Gobi y sus camellos, y la China de los contrastes: el de las grandes metrópolis, y el de los fértiles arrozales, donde vive buena parte de toda la población rural.

En este mapa puede verse en rojo la ruta del Transmongoliano así como las otras dos variantes.